Es así, lo sabes, y te
parece tan obvio que no te paras a reflexionar sobre ello. A mi me pasa lo
mismo pero hoy, que tengo un poco de tiempo, si me he parado a reflexionar. Si
te interesa, continúa leyendo.
Lo primero que he hecho ha
sido buscar la definición de principio moral y sesgo cognitivo en la Wikipedia , más que nada
por no cometer muchos errores (no soy ni filósofo ni neurocientífico, soy un
profesor de ciencias preocupado por entender porque, yo y mis alumnos/amigos/conciudadanos,
no razonamos correctamente en muchísimas ocasiones).
O sea, “soy un profe de
secundaría que os va a hablar de sesgos gracias a lo que ha aprendido leyendo libros,
tweets y posts. Además, por si esto fuera poco, va a usar como eje de su
argumentación datos sacados de la Wikipedia.
Qué queréis que os diga: ¿así va España? ¡él que avisa no es
traidor!”
A lo que iba. La wiki nos
dicen que los principios son las reglas o normas que orientan la acción
de un ser humano y que los sesgos
cognitivos son desviaciones del razonamiento en el procesamiento de lo
percibido que al final nos conducen a la irracionalidad.
Desde hace algún tiempo, tiendo a clasificar los sesgos cognitivos en dos tipos: los propios de la naturaleza de nuestro cerebro y los "aprendidos" en el día a día.
Como decía, por un lado estaban los propios de la biología de nuestro
cerebro.
Están ahí porque el cerebro funciona como funciona, ¡todos los tenemos! y si no quieres que te hagan cometer errores debes de intentar conocerlos y controlarlos.
Surgen porque nuestra cabeza trabaja mediante atajos y aproximaciones, acciones necesarias para la rápida toma de decisiones.
Están ahí porque el cerebro funciona como funciona, ¡todos los tenemos! y si no quieres que te hagan cometer errores debes de intentar conocerlos y controlarlos.
Surgen porque nuestra cabeza trabaja mediante atajos y aproximaciones, acciones necesarias para la rápida toma de decisiones.
Estos sesgos se estudian dentro del ámbito neurocientífico y algunos de ellos son: el sesgo
de confirmación, de correspondencia, de la memoria…
Sobre ellos he escrito mucho en este blog, ejemplos: el WhatsApp y la neurociencia, investigaciones escolares para fomentar el pensamiento crítico, mi charla en @ADCMurcia...
Sobre ellos he escrito mucho en este blog, ejemplos: el WhatsApp y la neurociencia, investigaciones escolares para fomentar el pensamiento crítico, mi charla en @ADCMurcia...
Por otro lado está el uso incorrecto de nuestros principios/valores.
Las normas son insertadas en nuestro cerebro por la educación y la sociedad, incluso son autoinsertadas por nuestras emociones y nuestra moral. No podemos evitarlas, son distintas en cada uno de nosotros y, otra cosa muy importante, no tienen porque transformarse en sesgos cognitivos
Normalmente los principios y los valores los analiza la ética y la filosofía. En esos ámbitos, si por desgracia se han transformado en sesgos, se denominan prejuicios pero en el fondo son también sesgos cognitivos.
A mi juicio, los principios se transformarán en sesgos al cometerse dos tipos de errores:
Las normas son insertadas en nuestro cerebro por la educación y la sociedad, incluso son autoinsertadas por nuestras emociones y nuestra moral. No podemos evitarlas, son distintas en cada uno de nosotros y, otra cosa muy importante, no tienen porque transformarse en sesgos cognitivos
Normalmente los principios y los valores los analiza la ética y la filosofía. En esos ámbitos, si por desgracia se han transformado en sesgos, se denominan prejuicios pero en el fondo son también sesgos cognitivos.
A mi juicio, los principios se transformarán en sesgos al cometerse dos tipos de errores:
Error porque el principio
era falso.
Este es el típico que observamos en
machistas, en racistas, en los de “lo natural siempre es mejor” (ecologuays), en los de
“todas las medicinas de las farmacéuticas son inventos para hacernos enfermar”
(conspiranoicos)…
Error porque ampliamos el
campo de actuación del principio y lo aplicamos donde no corresponde.
Los que intentan hacer ciencia con cosas no medibles (afirmando, por ejemplo,
que Dios no existe), los que dicen curar un cáncer mediante rezos o “energías
exotéricas”, los que se empeñan en que una cosas debe ser considerada obra de
arte por otros… cometen este tipo de error.
RESUMIENDO
Nuestros
principios y valores controlan, en cierta medida, nuestras decisiones.
Si esos
principios son falsos o se aplican incorrectamente cometeremos errores.
Esos
errores, en el fondo, son un sesgo cognitivo del que no nos podemos librar.
Por lo
tanto, si queremos razonar correctamente, tenemos
que intentar controlar, no solo los sesgos que nacen de la propia biología del
cerebro, sino también los que nazcan de nuestros principios y valores.
NOTA: aconsejo leer "Los toros, la carne y el proceso de moralización" de @pitiklinov
Me gusta tu reflexión. Coincido contigo.
ResponderEliminarPara mí, en definitiva, es necesario llevar nuestro espíritu crítico hasta sus últimas consecuencias, hasta cuestionarnos a nosotros mismos, precisamente para caer lo menos posible en los sesgos que indicas y evitar, en la medida de lo posible, ser contradictorios.
Un saludo.
Esa es la idea.
ResponderEliminarDe todas formas, a mi me interesa este tema también por otra razón, los sesgos interfieren en el proceso enseñanza-aprendizaje mucho más de lo que la mayoría de los profesores tienen en cuenta al diseñar las metodologías que aplican en el aula. Ese es el porque de muchos de los post de este blog.
Gracias por comentar.
¿Y cuánto de "sesgante" son Twitter, blogs y demás fuentes de que "bebemos" incluidas las "oficiales de referencia"? Al fin y al cabo casi seguro que la mayoría de las fuentes de que bebemos es porque "nos gusta" su agua.
ResponderEliminarPor otra parte tampoco podemos cuestionarnos siempre todo y tenemos que asumir ciertos principios... al menos hasta que nos demuestren lo contrario asumiendo que será difícil dejarnos convencer en contra de uno de nuestros principios.
Cierto, las fuentes de las que bebemos están sesgadas, sesgadas por nuestros principios, gustos... por ello debemos de ser muy conscientes de que nos podemos estar equivocando.
EliminarPor supuesto que no podemos estar cuestionándonoslo todo y en todo momento. Yo empiezo a cuestionarme las cosas cuando veo que algo no concuerda, que algo falla, que no me siento cómodo... Y si detecto que la fuente es la que me ha inducido al error de manera deliberada (no por un simple error de ella), intento dejar de usarla porque quizás me podría inducir a otros muchos errores y yo no ser consciente de que estoy siendo manipulado.
Gracias por comentar. Un saludo y feliz veraneo.